Mi gran novel El Neurocirujano, a la venta en unos días en Estados Unidos.
Michael, el protagonista, que es neurocirujano y hombre de familia con una esposa hermosa y solidaria y un hijo atlético típico con aspiraciones de ser un jugador de béisbol, ha ideado una forma de aniquilar las neuronas degenerativas utilizando la nanotecnología, lo que potencialmente brinda alivio a la enfermedad de adicción para millones de personas. Sin embargo, los principales agentes del poder de todo el mundo no se detendrán ante nada para impedirle realizar su esfuerzo capitalista con un objetivo filantrópico o apoderarse de su conocimiento para sus propios propósitos nefastos. Esta es una historia destinada a la gran pantalla porque su narrativa refleja el núcleo podrido en el corazón de la falsa dicotomía de intereses políticos y económicos de extrema izquierda y derecha. Nos muestra cómo incluso las mejores y más altruistas intenciones pueden producir consecuencias devastadoras cuando el orgullo nos impide ver que la familia es más importante que las búsquedas monetarias, la fortuna o incluso ser un héroe. ¿Cómo creamos justicia y aseguramos la paz cuando tantas fuerzas conspiran para negar su materialización, cuando el narcotráfico sigue siendo un cáncer que corroe nuestra seguridad y exacerba un mundo ya volátil que enfrenta el terrorismo? ¿Sacrificaría a sus seres queridos para salvar el mundo?
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