Todas
las personas desean hallar el amor y la felicidad eterna pero muchas no saben
cómo lograrlo, fracasan y se sienten frustradas.
Nuestra
felicidad depende de otros que no van a darnos siempre lo que deseamos.
Los
padres le exigen injustamente a los hijos lo máximo, lo que ellos no pudieron
hacer; es parte de su frustración personal.
Extorsionar
el amor a otra persona no es tan malo como el sufrimiento por la pérdida de un
ser querido.